Ahí van unos fragmentos:
*
La fiesta de
la insignificancia, Milan
Kundera
*
Soy un perdonazos.
*
El que es a la vez un intruso y un
tranquilo está condenado según una lógica implacable, a pedir perdón.
*
El que pide perdón se declara
culpable.
*
-Todo el mundo habla de los derechos
humanos. ¡Menuda engañifa! Tu existencia no se asienta sobre ningún derecho.
Esos caballeros de los derechos humanos incluso te prohíben poner fin a tu vida
por tu propia voluntad.
(…)
¡Míralos, míralos a todos! Al menos
la mitad de los que ves son feos. ¿También forma parte de los derechos humanos
ser feo? ¿Sabes tú lo que significa cargar con tu fealdad toda la vida? Tampoco
has elegido tu sexo. Ni el color de tus ojos. Ni tu siglo. Ni tu país. Ni tu
madre. Nada de lo que realmente cuenta. Los derechos de los que puede disponer
el ser humano sólo se refieren a nimiedades por las que carece de sentido
luchar unos contra otros o escribir solemnes declaraciones.
*
La insignificancia, amigo mío, es la
esencia de la existencia.
*
-