Un par de libros de José Antonio Marina tratan, con inteligencia, sobre la estupidez humana, individual y colectiva:
(una entrevista publicada por El Mundo)
Viernes, 17 de Diciembre de 2004
PUBLICA 'LA INTELIGENCIA FRACASADA'
Marina: 'La historia de la humanidad es la de la estupidez'
El filósofo y ensayista José Antonio Marina  está convencido de que la historia de la humanidad se puede contar por  medio de la historia de la estupidez, "que siempre ha sido bien  valorada".
Marina, que ha presentado su nuevo ensayo 'La inteligencia fracasada. Teoría y práctica de la estupidez' (Anagrama), cree que "la estupidez política puede ser muy dañina y  crear una gran injusticia, mientras que el fracaso de la inteligencia  privada lleva a la desdicha personal". 
Marina plantea en este ensayo que la inteligencia se desarrolla en dos  planos: "Un plano es el del test y el coeficiente intelectual y otro es  el uso de la inteligencia en la vida (cotidiana)". 
Para ejemplificar estos dos planos, Marina se ha referido a un alumno  suyo de un instituto que tiene un coeficiente de inteligencia de 130,  pero que formó una banda con la que cometía diversos delitos: "Esto es  un ejemplo del fracaso de la inteligencia". 
Este fracaso se da tanto personal como socialmente y ha puesto como ejemplos del fracaso de la inteligencia social los regímenes creados por Napoleón, Hitler y Stalin que tanto millones de muertos causaron y que llevaron la desdicha y la injusticia a muchos millones más. 
"La inteligencia fracasa -ha explicado- cuando se mantiene una creencia  falsa que resulta invariable ante cualquier experiencia. Se produce  entonces un encasillamiento que son la base del funcionamiento de los  fanatismos y los prejuicios". 
"Con mucha frecuencia -ha añadido- tenemos creencias patógenas  que repercuten en un daño a nosotros mismos o a los demás, como por  ejemplo las creencias falsas, que se han mantenido durante siglos, sobre  la mujer en todo el mundo. Hoy en día, algunas mujeres de Francia aún  creen que una mujer que tiene la regla puede agriar el vino si entra en  una bodega". 
Reconocer los propios sentimientos
José Antonio Marina ha achacado "los frecuentes fracasos" afectivos de  las personas porque "muchas veces no reconocen sus propios sentimientos o  los confunden". 
"Los celos -ha añadido- tienen que ver con un sentimiento de  propiedad pero no tienen ninguna relación con el sentimiento amoroso  como se cree". 
Hay otros sentimientos, según Marina, que nos "incapacitan para vivir"  como es el caso del resentimiento que "nos da una visión errónea de la  realidad". 
"Otro de los fracasos más habituales de la inteligencia -ha dicho el  filósofo- es el modo de hablarnos a nosotros mismos. Nos contamos la  historia de tal modo que si nos equivocamos nos engañamos". 
José Antonio Marina se ha referido también a la intervención de Pilar  Majón ante la comisión del Congreso del 11-M: "Esta comisión ya estaba  condenada al fracaso desde el principio porque nadie la quería y se  eligieron mal las metas. Pilar Majón ha puesto de relieve todas esas  contradicciones cuando les preguntó a los políticos de qué se reían".
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La inteligencia fracasada  (Teoría y práctica de la estupidez), José Antonio Marina
(2004)
(un resumen)
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1. LA INTELIGENCIA MALOGRADA
1.1
Inteligencia  es la capacidad de alguien para dirigir su comportamiento utilizando la  información captada, aprendida, elaborada y producida por él mismo. El  éxito de la inteligencia está en dirigir bien la conducta. Dirige bien  si permite resolver las nuevas situaciones conflictivas; si no, funciona  mal.
Hay: inteligencias dañadas (patologías profundas, deficiencias,  traumas infantiles...) y también inteligencias fracasadas (equivocaron  el camino, perdieron el rumbo, se dejaron ir a la deriva...)
Tenemos  una inteligencia dúplex, una capacidad intelectual y un uso de la  inteligencia. Ser inteligente a veces no es igual que comportarse  inteligentemente. Las personas inteligentes pueden hacer cosas muy  tontas.
1.2
Inteligencia estructural es la capacidad, y es  computacional. Uso de la inteligencia es la inteligencia en acción, lo  que se hace con las capacidades. Existen factores de distorsión,  epistemológicos, afectivos u operativos. La inteligencia estructural se  compone de una serie de mecanismos, capacidades, modos de respuesta,  inconscientes. Son módulos dotados de cierta independencia. Los módulos  autónomos proporcionan soluciones muy concretas a problemas muy  concretos. La evolución ha intentado unir la algarabía de mecanismos  independientes con grandes sistemas unificadores: lenguaje, razón, la  capacidad de planificar y decidir. Estructuras jovencísimas que tienen  que tratar con los módulos antiguos. Surge así un proceso de  negociación, rediseño.
La inteligencia ejecutiva inicia, dirige, y  controla, hasta donde puede, las maquinaciones de la inteligencia  computacional. La causa del fracaso de la inteligencia es la  intervención de un módulo inadecuado, que ha adquirido una inmerecida  preeminencia por un fallo de la inteligencia ejecutiva. La inadecuación  del módulo -por rigidez, anacronismo, blindarse contra la experiencia,  impedir la continuación de la vida- o una falta de eficiencia del yo  ejecutivo, que se entrega a los automatismos computacionales y a las  marejadas de la emoción.
1.3
Inventar fines es la característica  más propia de la inteligencia humana. La inteligencia no sólo trata de  resolver problemas, sino de plantearlos. Una meta equivocada, o falsa, o  mala, pervierte todos los razonamientos que conduzcan a ella.
Principio  de jerarquía de los marcos: los pensamientos o actividades que son en  sí inteligentes pueden resultar estúpidos si el marco en que se mueven  es estúpido. Lo que a un nivel es aceptable puede dejar de serlo si ese  nivel entero es abominable. Para evaluar la inteligencia de un  comportamiento tenemos que justificar previamente la jerarquía de los  marcos que establecemos y evaluar desde el superior. La inteligencia  fracasa cuando se equivoca en la elección del marco. El marco de  superior jerarquía para el individuo es su felicidad. Es un fracaso de  la inteligencia aquello que le aparte o le impida conseguir la  felicidad.
1.4
Causas de la estupidez: intromisión de módulos  mentales equivocados, ineficacia de la inteligencia ejecutiva,  equivocada jerarquía de los marcos.
Hay fracasos cognitivos, afectivos, lenguajes fracasados y fracasos de la voluntad
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2 LOS FRACASOS COGNITIVOS
2.1
Reconocer  la equivocación y aprovecharla: el fracaso de la inteligencia está en  negar la evidencia y no aprender de la experiencia.
2.2
El  prejuicio: se está seguro de algo que no se sabe, se selecciona la  información de manera que se percibe sólo lo que corrobora el prejuicio.
2.3.
La superstición: certeza injustificada invulnerable a las evidencias en contra.
2.4.
El  dogmatismo: una previsión queda invalidada por la realidad a pesar de  lo cual no se reconoce el error sino que se introducen las variaciones  adecuadas para poder mantener la creencia
2.5.
El fanatismo: una  defensa de la verdad absoluta y una llamada a la acción. Aunque la  verdad merece una consideración especial frente a las doctrinas falsas,  lo malo es cuando una opinión no demostrada se considera absolutamente  demostrada, cayendo en un dinamismo tiránico del concepto de verdad.
2.6.
Aparece  un factor de distorsión: la libertad humana consiste en aprovechar las  experiencias pasadas para conducir el comportamiento. El fanatismo  somete a cautiverio a la inteligencia porque le impide crecer. Mejor que  hablar de inteligencia hablar de personalidades inteligentes o  estúpidas. Las inteligentes manejan bien la negociación íntima. Conocer  no es un lujo sino una función vital.
2.7.
Hay creencias inconscientes que son peligrosas. Los roles sociales, el modelo del mundo, modelos mentales diferentes...
2.8
Creencias  tóxicasinterferencias arbitrarias, conclusiones muy firmes sin  evidenciasusan una abstracción selectiva, valorando una experiencia  centrándose en un detalle específico e ignorando otros más  relevantesgeneralizar excesivamente, pasando de un caso particular a una  creencia generalmagnificar o minimizar, aumentando la magnitud de los  acontecimientos perjudiciales y disminuyendo los que pueden  enorgullecernosprovocan pensamientos absolutistas y dicotómicos,  animando a clasificar las experiencias en categorías opuestas y  absolutas, adjudicándose la negativa
2.9
Credulidad: facilidad excesiva para creer, propia de nuestra especie, con lo que las creencias se imponen automáticamente.
La credulidad rechaza toda crítica, acepta pasivamente todo lo que le llega. Esta debilidad siempre la ha utilizado el poder.
2.10
El  uso racional de la inteligencia busca evidencias universales, que se  pueden compartir. El uso irracional se encierra en su mundo privado,  funcionando como un módulo autónomo y blindado. No confundir  razonamiento, capacidad de hacer inferencias lógicas -una facultad de la  inteligencia estructural- con uso racional de la inteligencia, que es  la utilización del razonamiento para conocer, comprender, entenderse,  construir, un proyecto de la inteligencia ejecutiva.
La razón es  necesaria para la supervivencia y para la felicidad. Las necesidades  vitales exigen una adecuación a la realidad, una comunicación con otros  seres y una cooperación con ellos en el plano práctico. Todo esto exige  la configuración de un espacio objetivo, común, interpersonal y firme.  El diálogo sólo es posible cuando se puede salir, aunque  fragmentariamente, del mundo privado para acceder a la objetividad, una  tierra de nadie utilizada por todos.
Necesitamos conocer la realidad y  entendernos con los demás, para eso abandonamos el seno cómodo y  protector de las evidencias privadas, de las creencias íntimas. Sopesar  las evidencias ajenas, criticarlas todas, las propias y las extrañas,  abre el camino a la búsqueda siempre abierta de una verdad y de unos  valores más firmes, más claros y mejor justificados.
La  irracionalidad, el encastillamiento en la opinión personal, lleva a la  violencia. El uso racional de la inteligencia, indispensable para  convivir, se concreta en dos grandes dominios de evidencias universales:  la ciencia y la ética
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3 LOS FRACASOS AFECTIVOS
3.1
Las  emociones influyen en el conocimiento pero el conocimiento influye en  las emocionesa- en el sótano del cerebro está la sede emocional, de  estructuras antiguas y tozudasb- la corteza cerebral, joven y pizpireta,  dirige las funciones cognitivas, lingüísticas y lógicasc- en el piso de  arriba habita nuestra capacidad para hacer planes, tomar decisiones y  dirigirlo todo.
Sin el empujón afectivo la razón puede agotarse en  una deliberación interminable. La verdadera inteligencia, la que termina  en conducta es una mezcla de conocimiento y afecto,
3.2
Hay sentimientos inteligentes ysentimientos estúpidos.-conócete a ti mismo-no dejes que la pasión se adueñe de tu alma.
La  razón es el cochero de un carro movido por los caballos díscolos y  desbocados de las pasiones. Hacer racionales las pasiones. Las pasiones  se vuelven irracionales cuando se adueñan no sólo del corazón sino de  toda la mente humana.
En las experiencias afectivas están los  impulsos, los sentimientos y los apegos.-nivel impulsivo: incluye los  deseos, necesidades, tendencias, móviles, como la sed, el hambre, el  sexo, el afán de poder, la necesidad de ser amado, la  curiosidad...-nivel sentimental: los sentimientos son el balance  consciente de nuestra situación, el modo como están funcionando nuestros  deseos o proyectos en contacto con la realidad. La satisfacción, la  calma, la alegría, nos indican que nuestras metas se están cumpliendo.  El miedo nos dice que nuestras expectativas están amenazadas, la furia  que están siendo bloquadas, la tristeza es la constatación de una  pérdida, la decepción o la frustración que nuestras esperanzas no se han  cumplido, la desesperación que no se van a cumplir. La experiencia  estética, la euforia creadora, la emoción musical... son sentimientos  que nos advierten la presencia de grandes expectativas innatas.-los  apegos: son relaciones psicológicas que enlazan profundamente a alguien  con otra persona o con un tipo de experiencias o de objetos. El apego  infantil, las adicciones, los condicionamientos, las dependencias, la  costumbre, el amor, el odio, las relaciones de objeto son fenómenos de  este tipo o pueden serlo. A veces estamos ligados por apegos sin ser  conscientes de ello.
3.3
El primer fracaso de la inteligencia  afectiva puede consisitir en confundir los afectos. Los fracasos  amorosos son frecuentes y se deben a que no era amor lo que se sentía o a  que el amor desapareció.
El amor es esencialmente un deseo y es  fácil confundirlo con el deseo de ayudar o salvar a alguien, el deseo de  ser elogiado (la vanidad, pues los halagos mutuos forman parte de toda  estrategia de cortejo) o el deseo de conquistar.
El deseo de  conquistar a otra persona, como la excitación sexual, tiene fecha de  caducidad, sin embargo la persona es inagotable, y el verdadero amor  también. Además los sentimientos no son el amor sino acompañantes del  amor.
Muchas relaciones de pareja duran en un infierno emocional  porque se han convertido en hábito, son relaciones de apego, pues en el  fondo nada teme más el ser humano que la anestesia afectiva, pero muchas  creencias acerca del amor han difundido una idea adictiva del amor poco  inteligente.
3.4.
Hay más personas arruinadas por la vanidad que  por la coyuntura económica. La vanidad es un afán excesivo y  predominante de ser admirado. El parecer se sobrepone al ser.
El  aburrimiento guarda un potencial destructivo sorprendente. La  incapacidad para soportarlo y librarse de él con frecuencia conduce a la  droga, o a estupideces, temeridades o a la crueldad... Cuando el diablo  no tiene qué hacer con el rabo mata moscas
3.5
Los sentimientos  son sólo experiencias que nos informan acerca de cómo se están  comportando nuestros proyectos o deseos en su enfrentamiento con la  realidad.
Dejan de cumplir su función cuando informan sesgada o  falsamente, exageran los miedos, toman como agravio los regalos,  disfrutan con lo que les destruye o se sienten amenazados al ser  queridos o contentos al ser degradados. Hay una depresión y unos miedos  patológicos, pero en otros casos no hay determinismo biológico sino una  deriva biográfica: la inteligencia ha sido zarandeada por sentimientos  que no sabe manejar.
Hay pautas sentimentales que interpretan la  realidad sin mentir por completo ni decir toda la verdad. Hay  personalidades poco dotadas para la felicidad pues en cada bache ven un  precipicio y en cada decepción una tragedia, mientras que otras tienen  una mirada aguda para lo estimulante. Una estructura mental que  incapacita a la persona para disfrutar de lo bueno no es inteligente. La  incapacidad para reconocer la propia dulzura es una estupidez. Una  muestra más de nuestra tenacidad en amargarnos la vida.
3.6.
La  envidia es un estilo afectivo intrigante, la manifestación de una  carencia. Muy cercanos a la envida están los celos. El resentimiento es  otro estilo afectivo que suplanta la vida entera, es la contumacia de no  olvidar un daño, un estilo afectivo que lleva al fracaso vital porque  la víctima vive una vida enajenada, dirigida desde fuera por el agresor,  cuyo daño hace pervivir.
Un sentimiento de odio, rencor, vergüenza, envidia, puede alterar completamente la visión de las cosas.
3.7
Los  estilos afectivos son laboriosas construcciones biográficas. Son  aprendidos y a veces se pueden desaprender. Hay 3 etapas en la  emergencia de la personalidad. A partir de una matriz biológica se van  construyendo las otras mediante complejos procesos educativos,  madurativos y experienciales.
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Personalidad recibida: es la  matriz personal genéticamente condicionada (el reparto de cartas) Son  las funciones intelectuales, el temperamento y el sexo.
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Personalidad  aprendida: es el carácter. El conjunto de hábitos afectivos, cognitivos  y operativos adquiridos a partir de la personalidad base. Son muy  estables pero son aprendidos. Se sitúan los estilos afectivos.  Constituye junto a la interior, la inteligencia computacional.
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Personalidad  elegida: es el modo como una persona se enfrenta o acepta su carácter y  juega sus cartas. Incluye su proyecto vital, el sistema de valores, el  modo de desarrollar ese proyecto en una circunstancia concreta. Es obra  de la inteligencia ejecutiva.
Inteligencia básica + temperamento + sexo = personalidad recibida
Personalidad recibida + hábitos = personalidad aprendida (carácter)
Carácter + planes + comportamiento = personalidad elegida
Todos  nacemos con una personalidad recibida que nos hace propensos a la  felicidad o a la desdicha, pero no se trata de un determinismo  irremediable. Las propensiones temperamentales pueden cambiarse o al  menos reciclarse. La inteligencia humana se parece a un juego de cartas,  no gana quien tiene las mejores cartas sino quien juega mejor.3.8.Los  estilos afectivos son uno de los componentes del carácter, acaban  formando parte de la inteligencia computacional. Van a su aire. Son  fuente de ocurrencias, mecanismos activos de la memoria, una segunda  naturaleza seleccionando información, dirigen la experiencia, animan a  la acción o la disuaden, pero no son aprendidas y eso nos abre la puerta  para intervenir en nuestra maquinaria mental, en nuestra inteligencia  computacional y ayudar a su construcción o deconstrucción.- el sistema  de deseos y proyectos: nuestros deseos básicos se prolongan en proyectos  que nos permiten dirigir la acción y seducirnos desde lejos (si el  proyecto fracasa hay frustración)- las creencias sobre el funcionamiento  del mundo y lo que podemos esperar de él: por debajo de sentimientos  que parecen espontáneos y originales actúan creencias, fundamentalmente  implícitas (hasta los celos dependen de ellas, pues en otras culturas no  existen)- las creencias sobre uno mismo y su capacidad para enfrentarse  con los problemas: la definición del grupo se inculca a los niños como  una creencia básica, peligrosa, pues se convierte en absoluto criterio  relativo. La identidad nacional aparece acompañada de un prejuicio  respecto a las otras naciones porque los niños necesitan hacer  diferenciaciones tajantes y valorar lo propio como bueno y lo ajeno como  malo es un criterio sencillo. Otro método simplificados consiste en  reducir la percepción de los demás grupos a un estereotipo. Las  diferencias culturales pueden llevar a un antagonismo directo por la  falta de humanidad compartida.
Sobre la matriz personal y con la  participación de distintos tipos de creencias de cada persona va  configurando sus hábitos afectivos, sus formas de apego, sus estilos de  motivación y sus estilos sentimentales.
Quienes se han ido quedando rígidos no deben resignarse. Cambiar es la gran esperanza de mucha gente.
Es  posible cambiar, pero se trata de reconstruir una personalidad más  inteligentemente desde abajo, consiguiendo que los grandes esquemas de  regulación negocien bien con los pequeños reinos psicológicos.
Aprender a leer el mundo de otra manera.
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4. LOS LENGUAJES FRACASADOS
4.1.
La palabra sirve sobre todo para vivir. Nos pasamos la vida hablando con los demás y hablándonos.
4.2.
El  lenguaje es uno de los sistemas transversales que sirven para unificar  los módulos de nuestra inteligencia, es la gran herramienta de la  inteligencia ejecutiva. Vuelve consciente lo que sucede en la  inteligencia computacional, nos permite buscar en la memoria, hacer  planes, darnos órdenes a nosotros mismos.
Hay dos funciones  lingüísticas básicas: transmitir información e influir en la  conducta.También nuestra conciencia se teje con palabras. Al paciente le  enferma el silencio, el lenguaje permite el paso de lo inconsciente a  lo consciente, por eso la regla del psicoanálisis es " dígalo en voz  alta". Hay relación entre dificultades en el lenguaje y agresividad.  También existe la alexitimia, la incapacidad para reconocer y expresar  los sentimientos.
Sin la ayuda del habla interna nuestra subjetividad  permanece inarticulada, empastada y borrosa. Necesitamos analizar  nuestros sentimientos aprovechando los recursos que el lenguaje nos  proporciona. Gracia a él podemos fijar la atención en nuestra propia  vida consciente.
La ausencia de análisis introspectivo produce  inteligencias impulsivas, toscas, imprevisibles, pero el exceso de  análisis de la rumia es paralizante.
4.3
Nos hablamos sin parar a nosotros mismos
El lenguaje no sólo sirve para hablar con los demás sino también para comunicarnos con nosotros mismos
La  mente individual es una ficción social en su génesis y en su  funcionamiento. El lenguaje interior se origina por introyección del  habla comunicativa, y de ella retiene sus propiedades. Los signos, en su  carácter externo, son instrumentos objetivos de la relación con otros.  Un signo proferido es sobre todo un instrumento para influir  psicológicamente en la conducta, tanto si se trata de la de otro como de  la propia. El lenguaje nació en el mundo de la vida, que es atareada y  práctica. Comenzó siendo usado para fines sociales y más tarde para  influir en uno mismo.
La intención del hablante es imperativa: pretende dirigir la conciencia o la atención del oyente.
La conciencia es una forma de contacto social con uno mismo.
4.4.
Fracasos del habla interiorior
incapacidad de volver consciente lo que soy
mecanismos  lingüísticos rígidos que pueden desencadenar conductas suicidas u  homicidasla, rumia, un círculo tóxico que agota sin avanzar convirtiendo  a la víctima en un rumiante eterno que no digiere lo rumiado, noria  mental de la preocupación, del discurso estancado.
Cada deseo, cada  sentimiento, cada actitud puede convertirse en una voz. El deseo de  conquistar, o el de hacer daño son locuaces. Hay sentimientos habladores  como la alegría y taciturnos como la tristeza y el aburrimiento.
Estas  voces tienden a proclamar su independencia y a veces logran tal  autonomía que el sujeto olvida que son creaciones de la mente. La  patología no es más que la exageración de lo normal.
4.5
En las  personas normales surge una voz que suele tener una autonomía poderosa:  la voz de la conciencia, que pone al hombre por testigo contra o a favor  de sí mismo.
Somos a la vez jueces e inputados y si el código que  utiliza el juez es equivocado, si esa voz imperativa y necesaria es laxa  o dura, el fracaso del lenguaje será profundo y doloroso. La voz de la  conciencia, que nos avergüenza, culpabiliza, vigila, puede convertirse  en un módulo autónomo, incapaz de rendirse a ningún tipo de argumento o  evidencia.
El lenguaje fracasa cuando no es capaz de dirigir bien la  conducta o cuando se somete a módulos originados por creencias,  presiones sociales, rígidos, encapsulados, que si llegan al poder  producen desdichas. La irrupción de los automatismos y la claudicación  de las instancias liberadoras -la inteligencia ejecutiva- explican estos  fracasos. La inteligencia está a merced de una algarabía de voces  inconexas.
4.6
Normalmente vivimos y al mismo tiempo comentamos  con nosotros mismos lo que vivimos. La persona susceptible subtitula la  cosas con un comentario ofendido, el poeta con comentarios poéticos.  Somos comentaristas de nosotros mismos y con nuestros comentarios a  veces nos animamos y a veces nos destruimos.
Unas personas se  contarán a sí mismas cualquier cosa como un fracaso, un peligro o una  culpa. La locuaz inteligencia computacional puede ser terrible.
A  veces los comentarios pueden intervenir en la conversación explícita  mediante una conversacíón sumergida, apostilladora, que duplica el  diálogo de manera que se intercalan dos personas que hablan y dos que  monologan a escondidas, con lo que es imposible entenderse. Y estas  ocultaciones son fracasos.
4.7.
La situación amorossa es origen de  las incomunicaciones más dolorosas. Hay 4 situaciones que son  fracasos-el primer fracaso del lenguaje es su ausencia: el silencio es  como la soledad, puede ser una situación real, puede ser un logro o una  carencia. La abundancia del corazón abre la boca; la sequedad del  corazón la cierra. Las ocurrencias proceden del campo del deseo. Las  parejas taciturnas se vuelven locuaces caundo les acomete un deseo, como  el de hacer daño, pues la furia y el rencor son elocuentes. Hay  sentimientos que bloquean el lenguaje: el miedo y el aburrimiento.
Hay  4 etapas en el deterioro de la comunicación conyugal: críticas,  desprecio, actitud defensiva y actitud evasiva-entregarse al automatismo  de un discurso: una conversación adquiere un sesgo que no se había  previsto, que no se quería pero que desencadena una dinámica implacable,  que convierte a los hablantes en contendientes y les lleva donde no  habían pensado ni querido llegar.-malentendidos: la comunicación ha sido  oscurecida por la metáfora del contenido: el habla es ante todo un  sistema de inducciones y seducciones. Al hablar no entregamos un objeto  material, hecho, perfilado, a alguien que tiene que comprenderlo,  cogerlo, asimilarlo. Lo que hago al escribir o hablar es presionar para  que el oyente realice unas operaciones a mitad de camino entre la  inferencia y la adivinación y produzca un significado parecido al que  deseo suscitar. Quien habla suministra una serie de pistas e indicios  para que el oyente reconstruya la intención originaria.
Existe la  equivocación hermeneútica: lo que dicen y lo que oyen son cosas muy  diferentes. El origen de muchos malentendidos está en ignorar que  siempre interpretamos lo que oímos.
No hay una transmisión pura y simple de un significado.
El  contexto, la intención, el retintín, antecedentes, actitud, dirigen la  interpretación de la frase.-los mecanismos de género entre hombres y  mujeres, pues entre ambos hay diversas expectativas respecto a la  conversación.
A los hombres se les educa para la autosuficiencia, a  ellas para mantener una red de relaciones; el hombre se contenta con  hablar de algo, la mujer busca mayor conexión emocional. Los niños  juegan a pelearse, o se pelean; las chicas prefieren sentarse a hablar  de sus cosas. Los hombres rehuyen los temas íntimos y tieden a oír a las  mujeres como si hicieran demandas explícitas de solución cuando hablan  en vez de buscar un oyente solidario. Algo parecido ocurre con las  preguntas, que los hombres consideran peticiones de información y las  mujeres un medio de mantener una conversación.
Las diferencias culturales también pueden dificultar la conversación.
4.8.
El  lenguaje fracasa cuando, siendo un medio de entendimiento, lleva a la  incomprensión. La dinámica se hace estúpida porque se vuelve rígida,  mecaniza los sistemas de utilización, expresión e interpretación  lingüística.
La inteligencia fracasa cuando-la inteligencia  computacional adquiere malos hábitos (creencias distorsionadas,  mecanismos ineficaces, sentimientos tóxicos)-la inteligencia ejecutiva  adopta malos criterios o malos proyectos (comprender a otra persona es  un proyecto)-la inteligencia ejecutiva es incapaz de dirigir la  inteligencia computacional
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5 EL FRACASO DE LA VOLUNTAD
5.1.
Fracasos del yo ejecutivo
La voluntad son cuatro habilidades aprendidas: inhibir el impulso, deliberar, decidir y mantener el esfuerzo.
Cuando  una de esas habilidades no se aprende o se aprende mal surgen problemas  de conducta. Una inteligencia puede ser estructuralmente fuerte o  débil; la inteligencia estructural puede usarse bien o mal.
5.2.
La  voluntad es la motivación inteligentemente dirigida. El yo ejecutivo se  encarga de poner cierto orden en la asamblea de voces discordantes. Los  deseos que emergen en mi consciencia proceden de la inteligencia  computacional, que es una fuente permanente de ocurrencias. Al yo  ejecutivo no se le ocurre nada, es el gran aduanero. Cuando está dormido  todas las ocurrencias pasan a la acción, como en una borrachera o en  los comportamientos compulsivos, en los que no hay mediación entre el  deseo y la acción, pero cuando está en su puesto registra  conscientemente las ocurrencias y las evalúa para ver si puede dejarlas  pasar. Necesita procedimientos para controlar este tráfico y criterios  de evaluación. Cuando hay muchos programas abiertos hace falta uno  superior que determine cuál va a entrar en acción.
El aduanero está  vigilante o dormido, es honesto o se deja sobornar, se impone o  claudica: es su aspecto controlador, pero además actúa con unos  criterios y según sean adecuados o no, buenos o malos, inteligentes o  estúpidos, va a usar sus capacidades de una u otra manera. Ante esas  ocurrencias el yo ejecutivo adopta una rutina muy elemental: las compara  con su tabla de evaluación y las bloquea o las deja seguir. Esta es la  decisión. A veces la decisión no zanja el asunto sino que debe  prolongarse con un proyecto de acción. La inteligencia computacional  tendrá que seguir produciendo ocurrencias para alcanzar la meta. Unas  serán buenas y otras malas. Es su gran función. Hay que ser capaz de  rechazar el 90% de las ocurrencias sin suprimir el progreso de nuestra  actividad mental.
Si uno se equivoca en el criterio, si no es capaz  de bloquear la acción o si la inteligencia computacional no le hace  caso, el yo ejecutivo fracasa.
5.3.
Fracasos de la volutad en su función controladora
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Las deficiencias del deseo
Si  no hay impulso alguno, si no existe el deseo, falta la materia de la  voluntad, como en las depresiones. Hay apatías orgánicas y aprendidas.  Una peculiar deficiencia del deseo es su volubilidad como es un defecto  cognitivo la incapacidad de fijar la atención. La acción y el  conocimiento precisan de una cierta estabilidad del deseo o de la  concentración.
El deseo es una llamada a la acción, por eso otra de  sus deficiencias aparece cuando existe el deseo peor no va seguido del  impulso.
5.4.
La esclavitud de la voluntad
Las posibilidades de  la voluntad son limitadas drásticamente por elementos fisiológicos o  psicológicos. Como las adicciones y el miedo. La droga se impone al  cuerpo y éste le obedece. El ámbito de las adicciones puede crecer  indefinidamente.
5.5.
La impulsividad es la falta de control de  los impulsos. En la abulia desaparece la capacidad de iniciar la acción,  en la impulsividad se carece de la posibilidad de inhibirla. Es un  factor que aumenta la probabilidad de comportamientos  antisociales.-impulsividad: en la conducta impulsiva hay motivación,  idea directriz, conciencia lúcida, pero falta deliberación. Se pasa  directamente al acto. La acción es involuntaria, violenta, súbita,  imperiosa, explosiva, incoercible. No hay lucha interna. Puede producir  actos violentos contra las personas y las cosas. Es un rasgo de  carácter, se actúa antes de pensar, cambia frecuentemente de actividad,  tiene dificultades para organizarse en el trabajo, necesita supervisión  constante, levanta mucho la voz, le cuesta guardar turno.-compulsïón:  las compulsiones son acciones reflexivas y van acompañadas de luchas  internas (p.e. fumar) Tratan de oponer resistencia a esa conducta que  les parece estúpida pero los fracasos repetidos acaban por someterlos.  Prefieren realizar el insensato ritual antas que sufrir un desasosiego  angustioso. Los pensamientos no deseados que se entrometen, la  insistencia de las palabras o ideas, las reflexiones o cadenas de  pensamientos son percibidos por la víctima como inapropiados o carentes  de sentido. La idea obseviva es reconocida como ajena a la personalidad  pero procedente de uno mismo. La inteligencia computacional funciona con  independencia del yo consciente. Las tentativas para desechar los  pensamientos que no son bienvenidos pueden conducir a una terrible lucha  interna que angustia al sujeto. Pueden acabar adueñándose del organismo  mental.-automatismos: en los automatismos no hay idea consciente, son  involuntarios, sin conciencia reflexiva ni discernimiento, como en los  tics
5.6.
La procastinación
Es dejar algo para mañana, no es un  simple aplazamiento ni negarse a hacer alguna cosa, es desidia  acompañada de complejas técnicas dilatorias. Tiene una gran fuerza de  voluntad para actuar en el futuro pero una débil voluntad para el  presente. Una complaciente voz interior le dice que emergerá de esa  noche de prórroga transformado, dotado de energías maravillosas que  harán todo más fácil. Es un postergador raciocinante que se da  argumentos muy convincentes para aplazar la acción.
El temor a  realizar una tarea consume más daño tiempo que hacer la tarea en sí. El  procastinador no dilata su actividad porque sea dolorosa o muy molesta.  Suele ser tan sólo un poco más molesta que lo que está haciendo en ese  momento. Cuando alguien se libra de esta adicción al día siguiente se  siente bien.
Los postergadores suelen pensar que hacer algo va a  ocupar más tiempo de lo que en realidad ocupa, que no vale la pena  iniciar una cosa si no se la va a terminar de un tirón, y que poco  tiempo es ningún tiempo; manejan el tiempo al por mayor en vez de al  menudeo, que es como de hecho lo vivimos. Hay pequeños retales, huecos  de tiempo entre una ocupación y otra que el procastinador despilfarra.
5.7.
La indecisión
La  decisión es un corte, una separación, un salto. Este salto puede ser un  obstáculo insalvable casi, son irresolutas, indecisas. Suele derivar de  un estilo afectivo acobardado que teme equivocarse o teme la novedad.  Prefiere lo malo conocido a lo bueno por conocer y si le obligan a  decidir le condenan al infierno. La angustia es la conciencia de la  posibilidad.
5.8.
La rutina
Los hábitos son mecanismos  aprendidos que automatizan ciertas conductas que así realizamos con  mayor facilidad, perfección y sin necesidad de prestar atención. Son  indispensables para toda actuación eficiente. Los hábitos pueden  liberarnos o pueden esclavizarnos. Deben estar sometidos a una  vigilancia superior.Intentar resolver un problema de manera rutinaria  sólo sirve con problemas muy elementales. El mecanismo puede dispararse  automáticamente e intentar someter a su acción cualquier conflicto en  vez de acomodarse él al conflicto. Es la creencia de que lo que funcionó  funcionará siempre. Esta rigidez es una de las causas más frecuentes de  las derrotas personales.
5.9.
La inconstancia y la obcecación
Hay  decisiones que nos comprometen a proyectos largos en cuya realización  hay que vencer obstáculos y que exigen una renovación de la decisión,  una persistencia en el empeño. Un fracaso de la inteligencia es cesar en  el esfuerzo antes de tiempo. Eso es la inconstancia. Hay una dificultad  para soportar el esfuerzo o para aplazar la recompensa, y es  temperamental.
Las personas aguantan la incomodidad o el esfuerzo de  muy distinta manera, y las sociedades también. Cada sociedad determina  el nivel de molestia soportable.
La obcecación o tozudez también es  un fracaso. No hay nadie más voluntarioso que el demente o el fanático,  lo que nos hace pensar que la fuerza de voluntad no es buena o mala. Lo  bueno es una voluntad inteligente que sepa cuándo hay que perseverar y  cuándo hay que desistir.
Está también la dificultad de cambiar de  proyecto. Quienes han realizado un sacrificio (de dinero, tiempo o  esfuerzo) tienden a continuar haciéndolo a pesar de que signifique  perder más que ganar. Es el error del inversionista.
Hablar  elogiosamente de la fuerza de voluntad es equívoco. Hablemos del buen  uso o del uso fracasado de la voluntad, del uso inteligente y del  estúpido.
5.10.
Los fracasos de la voluntad proceden siempre de  una forma indebida de poder. Una persona incapaz de controlar sus  ocurrencias puede ser muy inteligente pero tampoco lo será quien se  obstine en una idea fija o en una meta equivocada o estúpida.
Una  acción fracasa cuando adopta un cánon de medida equivocado, un mal  criterio de evaluación.. Lo que podemos considerar un éxito privado  puede considerarse un fracaso desde el punto de vista de la inteligencia  social. ¡El principio de jerarquía de los marcos!
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6 LA ELECCIÓN DE LAS METAS
6.1.
Impulsados  por nuestros deseos y necesidades tenemos que organizar planes de vida y  de esto dependen en gran medida nuestros éxitos o fracasos vitales. Nos  enfrentamos continuamente con 3 problemas.
No sé que hacer; Sé lo que quiero pero no sé cómo; Sé cómo pero no me atrevo
Tenemos  el proyecto de ser felices, lo que no sabemos es cómo concretar esa  aspiración difusa. La elección de las metas es la más delicada de las  operaciones de la inteligencia. Hay 3 etapas en la selección de las  metasla etapa de la fantasía; la etapa de los ensayos; la etapa realista
Muchos  fracasos llegan porque las metas que emprendemos son imposibles en sí o  lo son para nosotros. Vivir bajo el lema de "César o nada" se  consideran deprimentes los éxitos.
Calibrar lo que somos o no somos  capaces es tarea delicada. Si la meta es demasiado alta, la posibilidad  de fracasar es muy alta; si la meta es demasiado baja, muchas  posibilidades dejarán de desarrollarse.
Emprender metas  contradictorias aunque no lo parezcan produce inevitables fracasos. Los  planes pueden estar mutuamente aislados y por eso no se contrastan.
6.2.
El  problema de coordinar metas con otras personas es de los más difíciles  de resolver, el que causa más frustraciones. Las metas personales pueden  unificarse cuando se tiene una meta común.
Las relaciones de  pareja-sometimiento de un plan vital al de otra persona-coordinación de  planes privados-subordinación de ambos a una meta común
Ahora se  impone el modelo contractual en el que sólo hay dos voluntades que  negocian entre sí al mismo nivel, procurando mantener a salvo la  independencia por si acaso, pero no se puede nadar y guardar la ropa: el  miedo al fracaso hace que cada miembro invierta poco en ella, se  reserven, manteniendo la posibilidad de la retirada. El posible divorcio  está tan presente que les fuerza a prepararse para él, con lo que la  posibilidad de que ocurra es realmente más alta. Es un caso más de  profecía que se cumple por el hecho de enunciarla.
Se han glorificado tanto las metas personales que han quebrado todas las metas compartidas.
El  proyecto común de proteger la dignidad de las personas conduce a la  defensa de los derechos individuales, lo que en muchos casos se  interpreta como una valoración exclusiva de los proyectos privados, con  el tonto lema de que no podemos ponernos de acuerdo en la idea de la  felicidad.
La economía neoliberal descansa en la imagen de un yo  humano autárquico. El colmo del conservadurismo reaccionario pretende  que no nos hacen sufrir las cosas sino la idea que tenemos acerca de las  cosas.
Hay tres clases de fracasos:-he elegido mal mi meta  (imposible, contradictoria, destructiva)-no he sabido coordinar mis  metas con las de otra persona (matrimonios fracasados)-no he sabido  coordinar mis metas con las impuestas por la sociedad a través de la  moral y el derecho (individualismo insolidario)
6.3.
La maldad es  el gran fracaso de la inteligencia. Es mala toda conducta que atenta  contra los derechos de otra persona y produce con ello un daño injusto.
Relacionar el bien con el triunfo de la inteligencia y el mal con su fracaso.Principio de jerarquía de los marcos.
Hay  un uso privado de la inteligencia, con sus metas, y un uso público. Mi  interés personal me impone un uso privado; la ciencia o la justicia uno  público.Un comportamiento triunfante en el plano privado puede ser un  fracaso en el público.
6.4-5.
Napoleón ejemplifica el triunfo de los intereses privados a costa de los públicos. 6.6.
Hay un desdoblamiento del uso de la inteligencia...
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7 SOCIEDADES INTELIGENTES, SOCIEDADES ESTÚPIDAS
7.1.
Un pensador eremítico puede buscar en su soledad verdades universales, usar públicamente su inteligencia, aunque esté solo.
La  inteligencia social (o estupidez social) emerge de los grupos,  asociaciones o sociedades, y nos permite hablar de sociedades estúpidas y  sociedades inteligentes (la sociedad que aclamó a Hitler...)
La inteligencia o la estupidez que surge de las relaciones sociales.
Es  una inteligencia conversacional. Cuando dos personas hablan, la  interacción les anima o las deprime. Ciertas relaciones nos animan y  desplegamos perspicacias insospechadas, y otras nos idiotizan y  deprimen. En unas se cultiva lo mejor que hay y en otras lo peor."Yo soy  yo y mi circunstancia y si no la salvo a ella, no me salvo yo"Las  empresas, organizaciones, instituciones... consiguen que un grupo de  personas que quizá no sean extraordinarios alcancen resultados  extraordinarios gracias al modo como colaboran. Una organización  inteligente es la que permite desarrollar y aprovechar los talentos  individuales mediante una interacción estimulante y fructífera.
Hay parejas, familias, sociedades, estúpidas y las hay inteligentes.
Las  agrupaciones inteligentes captan mejor la información, se ajustan mejor  a la realidad, perciben antes los problemas, inventan soluciones  eficaces y las ponen en práctica.
Junto a la inteligencia personal  (que puede usarse privada o públicamente) encontramos una inteligencia  social, que también tiene sus fracasos y sus éxitos.
7.2.
Inteligencia  social, como ejemplo el lenguaje. ¿Quién lo creó? Nadie, todo el mundo.  Los lenguajes, como las culturas son creaciones colectivas, en las que  cada sujeto independiente puede introducir cambios, pequeños o grandes.  La necesidad universal de comunicarse conduce a la invención de modos  cada vez más eficaces de hacerlo, que son aceptados y afinados por la  comunidad. La inteligencia social es una tupida red de interacciones  entre sujetos inteligentes. Cada cual aporta sus capacidades, saberes y  resulta enriquecido o empobrecido por su relación con los demás. Nadie  puede introducir una palabra en el lenguaje, se puede inventar un  término y proponer su uso, pero que se generalice depende de los demás.
La  interacción de sujetos inteligentes produce un tipo nuevo de  inteligencia -la inteligencia comunitaria o social- que produce sus  propias creaciones: el lenguaje, las morales, las costumbres, las  instituciones. No existe un espíritu de los pueblos sino un tupido tejer  de agujas múltiples. Los intercambios recurrentes, copiosos,  indefinidos, producen pautas estables.
7.3.
¿Cómo sabemos que una  sociedad fracasa? Los seres humanos somos sociales. La sociedad ha ido  modelando, ampliando o reduciendo el cerebro y el corazón humanos.Somos  híbridos de neurología y cultura.
El lenguaje y la libertad son  creaciones sociales. Los seres humanos, conscientemente desean vivir en  sociedad porque en ella descubren más posibilidades vitales. Nadie se  une para ser desdichado. La ciudad es fuente de soluciones. El solitario  no puede sobrevivir. Buscando su felicidad privada el ser humano se  integra en el espacio público. Debe coordinar sus metas, sus  aspiraciones, sus conductas, con las metas, aspiraciones y conductas de  los demás. Esta interacción contínua es el fundamento de la inteligencia  social, de la que depende el capital intelectual de una sociedad.
Inteligencia social= inteligencias personales + sistemas de interacción pública + organización del poder
Una  sociedad de personas sin capacidad crítica no puede superar un test de  inteligencia social, pero tampoco podría hacerlo una sociedad compuesta  sólo de genios egoístas o violentos.
Es el uso privado de la  inteligencia privada lo que aumenta el capital intelectual de una  comunidad. Al convertirse en ciudadano el individuo se instala en un  ámbito nuevo que no es una mera agregación de mónadas cerradas sino que  es un sistema de comunicación interminable donde todos influyen en  todos, para bien o para mal. No es igual una sociedad dialogante que una  perpetuamente enfrentada, una ciudad generosa que una mezquina.
Y un  mal gobierno puede despeñar a una sociedad entera por el abismo de la  estupidez (Hitler, Napoleón, Stalin, papas del renacimiento...)
La  historia de la humanidad puede contarse como el esfuerzo por crear  formas de convivencia más inteligentes y también como la crónica de sus  éxitos y fracasos.
Ante la máxima fascista de que el estado lo es  todo y el individuo es nada, la inteligencia social fue revelándose  contra esta tiranía, defendiendo los derechos individuales previos al  estado, desintoxicándose de la sumisión. Apareció así la idea de la  dignidad inviolable del individuo.
La fellicidad privada consiste en  la armoniosa realización de dos grandes motivaciones humanas: el  bienestar y la ampliación de las posibilidades. Pedimos ayuda a la  ciudad, y esta fracasa si no nos la da.
Sociedades estúpidas son  aquellas en las que las creencias vigentes, los modelos de resolver  problemas, los sistemas de evaluación y los modos de vida, disminuyen  las posilbilidades de las inteligencias privadas.Una sociedad  embrutecida o encanallada produce estos efectos. Y también una sociedad  adictiva, como la nuestra. Las drogas no son un problema sino una mala  solución a un problema. Se recurre a elementos alteradores del estado de  ánimo para satisfacer necesidades reales y legítimas que la sociedad no  satisface. Es una mezcla de mentalidad de arreglo rápido y sentimiento  de impotencia.
La aceptación social no garantiza la bondad de una  solución. No es verdad que la mayoría tenga siempre la razón ni que el  pueblo no se equivoque nunca (una sociedad resentida, envidiosa,  fanática o racista pueden equivocarse colectivamente y, por el contrario  un hombre solo puede tener razón frente al mundo entero)
Debemos  conceder a la inteligencia social la máxima jerarquía cuando proponga  formas de vida que un sujeto ilustrado y virtuoso, en pleno uso público  de su inteligencia, tras aprovechar críticamente la información  disponible, considera buenas.
La complejidad social impide que una  inteligencia aislada pueda manejar toda la información necesaria. Las  experiencias personales, la variedad de las circunstancias, la  comprobación práctica de la eficacia de las propuestas teóricas, son  indispensables para una justa solución de los problemas. El factor más  importante en el progreso moral de la humanidad es el desarrollo  experimental del conocimiento, lo que se registra al margen de los  sistemas filosóficos. La práctica es la corroboración de la teoría.
Muchas  creencias que fueron mayoritariamente aceptadas acabaron rechazadas  tras una larga y terrible experiencia (la esclavitud, la  discriminación...)
7.4.
Fracasos cognitivos
La inteligencia  fracasa cognitivamente cuando mantiene creencias blindadas. Los  prejuicios, las supersticiones, el dogmatismo y el fanatismo son  fenómenos sociales antes que personales. Hay culturas que las fomentan y  protegen. La intolerancia religiosa repite una y otra vez lso mismos  comportamientos. El débil reclama la libertad que le protege del tirano  pero si llega a ser poderoso se olvida de lo que antes pedía (los  cristianos, los protestantes...)La intolerancia es siempre un fracaso de  la inteligencia, aunque la tolerancia no siempre es un triunfo. Las  ideas que una sociedad tiene acerca de lo que es la inteligencia y la  libertad condicionan su modo de enfrentarse con los problemas.La mayoría  de las definiciones de inteligencia se centran en la habilidad  cognitiva pero en realidad adquieren significado cuando se aplican al  bienestar de la comunidad.
La idea de libertad determina también la  inteligencia de una sociedad. En otras culturas se considera más  importantes valores como la concordia, la paz... En occidente ha  prevalecido la creencia fracasada acerca de la libertad que dice que  sólo la acción espontánea es libre. Pero esta idea de libertad anula la  libertad: si el comportamiento no es espontáneo es coaccionado (el  superego, la educación, las normas, el qué dirán, o la moral del grupo  dirigen y anulan la libertad, y por lo tanto el sujeto no es libre) pero  si actúa espontáneamente tampoco lo es porque la espontaneidad es una  mera pulsión (lo que llamamos naturalidad no es más que el determinismo  de la naturaleza) Esta falsa idea de libertad lleva a la conclusión de  que sólo se es libre si se está totalmente desvinculado de todo. Y esto  es la negación de la inteligencia comunitaria, su fracaso.
7.5.
Fracasos afectivos
Las  sociedades fomentan estilos afectivos diferentes, por ello hay culturas  pacíficas y culturas belicosas, egoístas o solidarias.
Los arapesh  sienten que el deber de todos los miembros de la tribu es hacer lo  necesario para que los niños crezcan. Los niños son el centro de  atención, la educación entera es educación sentimental. No hace falta  que el niño aprenda cosas pues lo importante es suscitar en él un  sentimiento de confianza y seguridad. Hacerle bondadoso y plácido. Se le  enseña a confiar en todo el mundo. Los niños pasan temporadas en casa  de sus familiares para que se acostumbren a pensar que el mundo está  lleno de parientes.
Pero los mundugunor han creado una sociedad  áspera, incómoda, malhumorada en la que todo está diseñado para provocar  conflictos. Las familias se odian, en la educación no tienen lugar la  tranquilidad o la alegría.
Los estilos afectivos sociales condicionan  la vida del individuo, ampliándola o reduciéndola. El odio, la  agresividad, la envidia, la impotencia, la soberbia, extravían a las  sociedades.Las sociedades pueden encanallarse cuando carecen de tres  sentimientos básicos: compasión, respeto y admiración.
Compadecer es  sentirse afectado por el dolor de los demás, y es la base del  comportamiento moral. Considerar la compasión como un sentimiento  paternalista y humillante es una grave corrupción afectiva. Cuando se  dice que no se quiere compasión sino justicia se olvida que ha sido la  compasión la que ha abierto el camino de la justicia.
Respeto es el  sentimiento adecuado ante lo valioso. Se trata de un sentimiento activo,  que se prolonga en una acción de cuidado, protección y ayuda. Es el  sentimiento que capta y aprecia la dignidad del ser humano. Cuando  desaparece se cae en la trivialización y en la tiranía del quemasdá.
La  admiración es la valoración de la excelencia. Un igualitarismo mal  entendido nos impide apreciar a los demás, con el estúpido y degradante,  nadie es más que nadie. No es lo mismo quien ayuda que quien tortura,  no es lo mismo Hitler que Mandela. La carencia de admiración es un  encanallamiento.
7.6.
Fracasos operativos
La inteligencia  social puede equivocarse en las metas. Cuando crea mitologías a las que  sacrifica los derechos individuales, como la gloria nacional, la raza,  el partido, la iglesia, que al alzarse como marco supremo acaban  destruyendo a los ciudadanos.
Las sociedades pueden proponerse metas  contradictorias. Un fracaso en los sistemas ejecutivos puede darse por  exceso o por defecto: el exceso es la tiranía, que a veces es aceptada  por la sociedad, lo que supone un fracaso (el miedo impulsa a esa  abdicación de la libertad); el defecto es la anarquía, cuando quiebran  todos los sistemas de control... y suele llevar a la tiranía por  compensación.
La inteligencia culmina en la resolución de los  problemas prácticos, en especial de los que se refieren a la felicidad  personal y a la dignidad de la convivencia.La convivencia humana siempre  ha planteado problemas enconados que cada cultura ha intentado resolver  a su manera. El valor de la vida, la propiedad de los bienes y su  distribución, la sexualidad, la familia y la educación de los hijos, la  organización del poder político, el trato a los débiles, ancianos o  enfermos, el comportamiento con los extranjeros y la relación con los  dioses suelen ser los fundamentales.
La inteligencia comunitaria denominará justicia a la mejor solución de conflictos.
Una  cosa es terminar un problema y otro resolverlo. Lo de muerto el perro  se acabó la rabia no vale ni para los perros. Un problema sólo se  resuelve cuando se termina dejando a salvo los valores para la  convivencia, o volverá.La historia de la humanidad continúa siendo el  libro de cuentas de un matadero. Este empecinamiento es un cruel fracaso  de la inteligencia.
7.7
El triunfo de la inteligencia personal es la felicidad, el de la inteligencia social es la justicia.
La  búsqueda de la justicia es la eterna búsqueda de la felicidad humana.  Es una felicidad que el hombre no puede encontrar por sí mismo y por  esto la busca en la sociedad. La justicia es la felicidad social,  garantizada por el orden social. La felicidad política es una condición  imprescindible para la felicidad personal. Hemos de realizar nuestros  proyectos más íntimos, como el de ser feliz, integrándolos en proyectos  compartidos. Sólo los eremitas han pretendido vivir su intimidad con  total autosuficiencia. Han sido atletas de la desvinculación.
Son  inteligentes las sociedades justas, y estúpidas las injustas. Puesto que  la inteligencia tiene como meta la felicidad todo fracaso de la  inteligencia entraña desdicha. La desdicha privada es el dolor. La  desdicha pública es el mal, la injusticia.
7.8.
Una condición de  la justicia es elegir bien el marco al que se adjudica mayor jerarquía.  La tensión entre individuo y sociedad es inevitable. El individuo, que  acude ala sociedad para aumentar su libertad, vuelve a su casa cargado  de deberes, irritado. Los grandes fracasos de la inteligencia social  aparecen cuando no se resuelve bien esta tensión.El relativismo arma una  trampa social. Se cree que la equivalencia de todas las opiniones es el  fundamento de la democracia, creencia estúpida y contradictoria. Si  todas las opiniones valieran lo mismo, las creencias antidemocráticas  serían tan válidas como las democráticas. El relativismo, que tan  liberador parecía, acaba en el nazismo.
Atentado más grave contra la  inteligencia social son las creencias desmoralizadoras que niegan la  necesidad o la posibilidad de ponernos de acuerdo sobre la idea de  justicia. Se ha puesto como valor supremo la autonomía personal, lo que  debilita el poder de las normas universales, una de las cuales es el  valor de la autonomía personal (la objeción de conciencia es una  paradoja jurídica, pues una ley autoriza incumplir la ley en ciertos  casos)
La inteligencia social ha descubierto el valor de la libertad  de conciencia, con lo que convierte a la propia conciencia en máximo  tribunal de comportamiento. Lo único que protege este derecho es la  personal búsqueda de la verdad, pero también la exige. La gran creación  de la inteligencia comunitaria, la justicia, exige un uso público de la  inteligencia.
La libertad de conciencia sólo adquiere su legitimidad  total cuando esa conciencia se compromete a buscar la verdad, a escuchar  argumentos ajenos, atender razones, rendirse valientemente a la  evidencia, aunque vaya en su contra. A saltar por encima de los muros de  la privacidad. Sin esta contrapartida el derecho a la libertad de  conciencia puede convertirse en protector de la obstinación y el  fanatismo. El uso público de la inteligencia se propone salir del mundo  de las evidencias privadas, donde puede emboscarse el capricho, la  obcecación o el egoísmo, para buscar el mundo de las evidencias  universalizables que pueden compartir todos los seres humanos.
7.9.
Las  creencias privadas son legítimas mientras no afecten a otras personas,  entonces deben someterse a las evidencias universales.
El primer  fracaso de una teoría del conocimiento es "lo que veo, lo veo", pero  este inexpugnable principio tiene que completarse con otro que le baje  los humos: "toda evidencia puede ser tachada por una evidencia más  fuerte".
La verdad es la manifestación evidente de un objeto. Le  acompaña la certeza subjetiva y puede expresarse en un "juicio  verdadero". Su fuerza depende del estado de verificación en que se  halle. Lo que llamamos verdad científica es la teoría mejor corroborada  en un momento dado.
Por su rango de corroboración están:-verdades  privadas: quedan reducidas al mundo de una persona, por su objeto, por  la experiencia en que se fundan, por la imposibilidad de universalizar  la evidencia (antes de ser demostrada es privada una verdad científica)  Son verdades biográficas, no reales, no son intersubjetivas. La  confianza que tengo en alguien es una verdad privada, que puede  manifestarse falso en la continuación de la experiencia. Lo que no se  puede hacer es universalizarlo porque la experiencia en que se basa es  privada.
La vida va confirmando o rebatiendo una parte importante de  nuestras verdades privadas. Cada cual debe buscar las pruebas de su  verdad, por honestidad o por interés, como las pruebas de amor de los  enamorados.
Desde el exterior sólo podemos considerarlas presuntas  verdades. Sólo a veces se puede demostrar que eran falsas pero en la  mayoría debemos abstenernos de juzgar.-verdades privadas colectivas: son  verdades privadas que no pueden universalizarse, pero son compartidas  por un colectivo (creencias religiosas) Son verdades comunes,  participadas, pero sólo por un grupo, cuyo consenso fortalece las fes  particulares. La comunidad como corroboración es uno de los grandes  mecanismos que aseguran las certezas religiosas, porque producen un  espejismo de verdad intersubjetiva. Son también un mecanismo para hacer  naufragar la inteligencia social.-verdades universales: son  intersubjetivas, son evidencias suficientemente corroboradas al alcance  teórico de todos y sometidas a rigurosos criterios de verificación  metódicamente precisados por la ciencia a lo largo de la historia, que  permiten alcanzar una garantía que va más allá del mero consenso  subjetivo.
Una teoría no es verdadera porque la admitan los  científicos sino que los científicos la admiten porque la consideran  verdadera. La ética puede alcanzar este estado de verificación, aunque  por caminos distintos a los que sigue la ciencia.
Hay un principio  ético acerca de la verdad: en las relaciones entre seres humanos o  asuntos que impliquen a otra persona, una verdad privada individual o  colectiva, es de rango inferior a una verdad universal, en caso de que  haya conflicto.
Las religiones son verdades privadas cuya  corroboración interesa al sujeto que las está manteniendo y que en el  ámbito de la acción pública por ejemplo en el comportamiento, tienen que  someterse a las verdades éticas. No pueden imponerse por la fuerza  porque tampoco pueden ser erradicadas por la fuerza, mientras  permanezcan en el ámbito íntimo y sus consecuencias no perjudiquen a  nadie.
7.10.
Debemos anhelar el triunfo de la inteligencia porque  de ello depende nuestra felicidad privada y nuestra felicidad política.  En los asuntos que nos afectan a todos la inteligencia comunitaria es el  último marco de evaluación. Abre el campo de juego donde podremos  desplegar nuestra inteligencia personal. Colaborará a nuestro bienestar y  ampliación de nuestras posibilidades. La justicia -la bondad  inteligente y poco sensiblera- aparece inequívocamente como la gran  creación de la inteligencia. La maldad es el definitivo fracaso.
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EPÍLOGO:ELOGIO DE LA INTELIGENCIA TRIUNFANTE
La  inteligencia fracasada pare dos terribles hijas: la desdicha evitable y  la maldad, que añada desgracia a la desgracia.Una errónea idea de la  naturaleza humana dice que la felicidad es pancista y boba y que sólo el  sufrimiento es creador, con la consigna sé bello y triste, pero nada  hay más terrible que la enfermedad ni nada más monótono que la locura.
La  idea de que sólo pueden crear los desgraciados dice que la felicidad es  embrutecedora, vulgar, burguesa. Y la bondad se considera una sumisión  rutinaria, cobarde y boba a nuna norma. Según los transgresores idiotas  quien es bueno es porque no tiene valor para otra cosa. Así se impone la  idea de que la felicidad es embrutecedora y el mal es creador, que sólo  la angustia revela la verdadera realidad, que el aburrimiento y la  náusea descubren la verdadera índole del ser, declarado en ruina.
La  actitud privilegiada para ver el mundo es la alegría, la serenidad, el  coraje. Elaborar una metafísica de la posibilidad creadora, esforzada  pero eufórica.Los pesimistas viven bien gracias a los ridiculizados  optimistas y el escepticismo colabora con la reacción a las primeras de  cambio.
La felicidad es la armoniosa satisfacción de dos grandes  aspiraciones: el bienestar y la creación. Son anhelos contradictorios y,  con frecuencia, preferimos elegir uno de los dos a mantener un difícil  equilibrio. El bienestar o la craación, el sufrimiento o la vulgaridad  (El esfuerzo del bailarín no es sufrimiento sino entrenamiento, la  creación de posibilidades para realizar un proyecto. El sufrimiento es  un dolor sin sentido) Tenemos que coordinar impulsos dispares, estamos  hechos para el egoísmo y para el altruismo, para el juego y el rigor,  para el placer y la grandeza, para la soledad y la compañía. Armonizarlo  requiere sabiduría. La inteligencia habilitada para la felicidad  privada y para la política, para la justicia.Sabio no es quien sabe  muchas cosas sino quien actúa sabiamente. Es un modo elegido de ser, un  trabajado proyecto de humanidad, el talento para hacer las preguntas  adecuadas y buscar las buenas respuestas. Es la poética de vivir.El tipo  de inteligencia que capta los valores, aprende de la experiencia y pone  en práctica lo que considera mejor.
La sabiduría es un conjunto de  poderosas energías creadoras. Crear es hacer que algo valioso que no  existía, exista. No hay creación mala, la producción de algo malo es  destrucción. El dolor, el sinsentido, la finitud, son nuestros enemigos.  La gran épica humana tiene que narrar nuestra lucha contra ellos.
La inteligencia triunfante inventa lo valioso en nuestra vida privada o pública, es nuestra gran posibilidad, nuestra salvación.
La  excelencia, la sabiduría, la inteligencia aplicada a la creación de una  vida buena. Es un modo de ser expansivo que integra la inteligencia del  individuo y del ciudadano. Frente a la historia de la estupidez -otro  error, otro desvarío, otra crueldad, otra matanza- tenemos que contar la  historia triunfal de la inteligencia.
Hay que despojar de grandeza  las narraciones históricas llenas de ferocidad y ensañamiento. Abolir  esa glorificación del fracaso, edificar una sensibilidad que reniega de  la estupidez ensalzada y de la torpe connivencia estética con la  brutalidad.
La evolución dejó al ser humano en la playa de la  historia, como un animal no fijado.La inteligencia es un caudal poderoso  y contra viento y marea, triunfará, a menos que la especie se degrade,  abandonándose a una felicidad de cerdo o de lobo, a una claudicación que  le acompaña siempre como posibilidad tentadora.
Hay que confiar en una inteligencia resuelta, inventiva, cuidadosa, poética, ingeniosa, intensa y estimulante.
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Y la continuación:
Las culturas fracasadas (El talento y la estupidez de las sociedades), José Antonio Marina 
(2010) 
(un resumen) 
1.  La inteligencia colectiva de las hormigas.
Funcionan eficazmente porque  no poseen inteligencia. “La inteligencia tiene un poder disolvente”  (Bergson). “¿Es posible que individuos inteligentes y libres, orgullosos  de su autonomía, puedan convivir armoniosamente?” “¿Por qué las  sociedades toman decisiones que llevan a su  autodestrucción?” “Las  preguntas nos lanzan a la piscina, pero lo  importante es saber nadar, es  decir, intentar sobrevivir a ellas  contestándolas”.
2. La estupidez  colectiva.
“Utilizamos como criterio de  evaluación de los bueno y lo  malo, lo justo y lo injusto, unas  creencias culturales cuya fiabilidad  no hemos comprobado”. Marina  utiliza la metáfora del círculo (con un  único centro) y la elipse (con  dos centros). “Cuando amamos a una  persona, nuestro comportamiento  tiene dos centros: mi felicidad y la  felicidad de la otra persona. No  soy egocéntrico ni heterocéntrico. La  inteligencia personal es circular. La inteligencia social es elipsoide,  depende de muchos centros”. JAM define la inteligencia como la capacidad  de dirigir bien el comportamiento, captando, elaborando y produciendo  información. Como tenemos un desmedido afán de grandezas, el ser humano  ha inventado herramientas intelectuales poderosas para escapar de las  trampas:  el lenguaje, el sistema numérico, las creencias, las  instituciones,  las religiones…”La inteligencia humana es social en su  estructura y en  su funcionamiento”. Hace 200.000 años, el cerebro se  transformó en el  de un ser social, capaz de crear cultura y  transmitirla. “La interacción desencadena un dinamismo ascendente o  descendente. Nos ennoblece o nos encanalla”.  “Sólo hay inteligencias  individuales, y llamamos “sociedades  inteligentes” a las que favorecen  la aparición de poderosas  inteligencias individuales y de modos  deseables de vivir”.
3. La interacción. 
“Al principio, la gente  fueron dos” (Antonio Mingote). La tensión entre el individuo y la  sociedad se resuelve desde el indivualismo (“No existe lo que llamamos  sociedad; sólo existen los individuos”, Margaret Thatcher), el  totalitarismo (“El Estado lo es todo. El individuo no es nada”,  Mussolini) y lo sistémico (la sociedad es una estructura con propiedades  sistémicas cuyos componentes son los individuos). La conversación como  muestra de inteligencia social. La inteligencia compartida se manifiesta  en dualidad y produce ocurre ocurrencias. “El deseo espolea las  ocurrencias”. El amor lo definía Kant como “tomar como propios los fines  del otro”. Al tratar la inteligencia compartida amorosa, Marina  ineludiblemente cita a John Gottman.
Inteligencia de las familias,  inteligencia de los equipos, capital social de una ciudad (Richard  Florida): la necesidad de sobrevivir, de disfrutar, de vincularse  socialmente y de ampliar las posibilidades vitales. “Los problemas  compartidos tiene que resolverlos la inteligencia compartida”.
4. La  cultura.
“Una cultura es un cuerpo complejo de normas,  símbolos, mitos e  imágenes que penetran al individuo en su intimidad,  estructuran los  instintos, orientan las emociones” (Edgar Morin). La cultura tiene dos  requisitos: ser colectiva y de cierta duración. La cultura jerarquiza  los problemas (First things first, dirían algunos) de una manera propia:  soluciones  comunitarias a problemas universales. “Mentar a una cultura  es como  mentar a la madre”.
5. Sociedades inteligentes y sociedades  fracasadas. 
“Inteligencia social es la capacidad que tiene una sociedad  para resolver los problemas sociales creando capital social y ampliando  las posibilidades vitales de sus ciudadanos”. Las sociedades fracasan  por tiranía, excesiva ambición, incompetencia o decadencia, locura o  perversidad (Barbara Tuchman, The march of folly). Sabemos desde  Aristóteles que el tirano, para preservar su poder, envilece el alma de  sus súbditos, siembra entre ellos la desconfianza y/o les empobrece. La  corrupción es un gran síntoma de las sociedades fracasadas, así como los  “gorrones”.
6. El aprendizaje de la cultura.
“A través de la  educación, la  sociedad transmite a sus niños un kit de herramientas  mentales,  elaborado durante su evolución cultural”. Las ideas, como  diría Ortega,  se piensan; en las creencias se vive. Son las memes de  Richard Dawkins, similares a los genes. Dominique Moïsi, en su La  Géopolitique de l’emotion, agrupa las naciones en tres emociones  imperantes: la esperanza (China, India), la humillación (países árabes) y  el miedo (Occidente). “Manejar los sentimientos es uno de los modos de  ejercer el poder”.  Una de las características de una buena inteligencia  compartida es  provocar un clima social estimulante y agradable. En el  centro, la  confianza.
7. Personalizar o despersonalizar.
La cultura  occidental ha ido hacia la “individualización” (Ulrich Beck). En el otro  extremo, la masa como hipersocialización. Ortega, nos recuerda Marina,  no hablaba de la masa sino de la vulgaridad: “Un  ser al que se le ha  permitido la libre expansión de sus deseos vitales  y cree que no debe  nada a nadie. En suma, un ser dominado por una  ‘radical ingratitud’, por  un olvido de su genealogía, de su  etimología”. El gran reto cultural  del momento es “fomentar un modo  de ser sujeto capaz de superar el  concepto de libertad desvinculada, y  de encontrar nuevas fuentes de  posibilidad –es decir, de esperanza- en  la relación con los demás”.
8.  La invención de las normas.
“Toda sociedad ha creado una  moral de igual  forma que ha creado un lenguaje, un arte, una ciencia,  una religión,  una política o un sistema moral acorde a sus valores”.  JAM pone el  ejemplo de Singapur, con sus “valores comunes”. Y divide  las normas  entre generadas jeráquica o espontáneamente, racionales o no  racionales.  Normas espontáneas no racionales (como la prohibición del incesto),  espontáneas racionales (el comercio), jerárquicas no racionales (las  normas religiosas) y jerárquicas racionales (la legislación).
9. La  evaluación de las normas.
Las normas evolucionan por un cambio en las  creencias. “Me gusta llamar ética a la moral transcultural,  universal,  que la inteligencia social de la humanidad podría elaborar  si  consiguiera liberarse de sus grandes obstáculos”: la pobreza, la   ignorancia, el miedo, el dogmatismo y el odio al vecino. “La ausencia de  miedo permite la toma de decisiones. La liberación del dogmatismo, la  acción del pensamiento crítico.  La liberación del odio al vecino, abre  paso a la cooperación y la  generosidad”. Para evitar el pensamiento  crítico, los sistemas  culturales se valen de la identidad social, de las  emociones y de la  habituación (nos podemos acostumbrar a todo). Es la  banalidad del mal y la fragilidad del bien. “El ser humano es un animal  inteligente dotado de dignidad, y de esa dignidad se derivan derechos  humanos”:
10. Epílogo. 
“La inteligencia creadora resuelve problemas. Y  eso  debe ser fuente de esperanza”. En lugar de lamentarnos y   autojustificarnos, ser protagonistas de nuestro destino (principios   éticos, capital social de una pareja, de una familia, de una ciudad, de   una nación).
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http://www.elmundo.es/elmundolibro/2004/12/17/no_ficcion/1103306719.html 
http://es.wikipedia.org/wiki/La_inteligencia_fracasada._Teor%C3%ADa_y_pr%C3%A1ctica_de_la_estupidez 
http://jccubeirojc.blogspot.com.es/2010/11/culturas-fracasadas.html 
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